La formulación de preguntas es la base de la buena enseñanza. Es necesario escoger preguntas apropiadas, para conducir a los estudiantes hacia discusiones productivas y desencadenar respuestas que inviten a la reflexión. La estrategia pedagógica de formulación de preguntas consiste en la habilidad de enunciar cuestiones desafiantes y de profundidad analítica, que demanden destrezas cognitivas superiores, tales como el análisis, la síntesis y la evaluación. Al plantear preguntas desafiantes, requerimos del estudiante que explore ideas y aplique nuevo conocimiento a otras situaciones.
Las preguntas que requieren de los estudiantes la defensa o explicación de sus posiciones, son preguntas abiertas. Las preguntas cerradas son limitantes, y permiten que uno o dos estudiantes las contesten, ya sea correcta o incorrectamente. Las preguntas abiertas son de indagación y análisis, y estimulan a los estudiantes a pensar en torno a varias nociones. No hay solo una respuesta correcta para ellas. Al plantear preguntas abiertas a un grupo de estudiantes, la cantidad de ideas y respuestas resultan ilimitadas.
La formulación efectiva de preguntas involucra tanto al docente como al estudiante. Es importante que el docente dé un tiempo de espera antes de solicitar respuestas. El tiempo de espera se define como el lapso entre la pregunta iniciada por el docente y la siguiente respuesta verbal dada por un estudiante
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